Han pasado varias lunas
desde la última vez que escribí en este espacio. Muchas cosas positivas han
pasado en mi vida. Principalmente, he recuperado la libertad de ver a mi hija Scarlyn
Marian y compartir con ella muchísimo. Hemos estado un mes juntos en estas vacaciones
y la pasamos maravillosamente. La niña
ha recobrado el buen semblante y su alegría habitual. Tuvimos la oportunidad de
pasear y de celebrar su séptimo cumpleaños
en compañía de familiares y amigos. Nos produjo mucha satisfacción ver la
sonrisa reflejada en su rostro angelical. Cuando la dejé con su familia materna
no quedó sino un sentimiento de satisfacción por el deber cumplido. Hay que
seguir en la lucha por proveer a la pequeña de una educación que esté acorde
con su inmenso potencial y de valores que le transformen en una buena
ciudadana.
Por otro lado mi relación sentimental ha
madurado y me llena plenamente. Mi musa, mi princesa, ha llegado para quedarse dándole un sabor diferente, más divino, a mis días. Lo que comenzó una aventura,
una oportunidad para un naufrago arrojado a tierra por una tempestad, una vorágine
de acontecimientos que derivaron en meses de ostracismo, una profunda reflexión y búsqueda de la verdad
absoluta, se ha consolidado poco a poco como una interacción intensa y productiva
donde la búsqueda del bienestar común es
la orden del día. Hace poco se cumplió un año de caminar de su mano y de verdad
que la experiencia ha sido inolvidable.
En el ámbito profesional,
las cosas han ido mostrando otro cariz y
hay nuevos retos por asumir. La meta real no se ha completado ya que hay cosas
que, vista la situación país, indican que hay que tomar una posición de “Wait
and see” por lo menos hasta que el proceso eleccionario culmine y le dé un
rumbo definitivo a esta nave llamada Venezuela.
Expectativas y sueños
hay muchos. Al menos para este año y el que viene se antojan buenos aquellos
que imponen dar una vuelta a parajes foráneos
que llenen la retina de vivencias y alimenten el alma de energía positiva para continuar en la lucha para dar
lo mejor de nosotros a los seres que amamos.
Carlos